Autor: Fad Juventud
25 enero, 2018

Mariano Urraco es investigador, recién doctorado en sociología con una tesis sobre los jóvenes extremeños y sus dinámicas de emancipación. Su empeño en centrar el análisis en una región poco estudiada ayuda a completar la mirada frecuente de la investigación sociológica, situada en las grandes metrópolis. La decisión de abordar las generaciones de la crisis sirve para dar relevancia a un momento histórico complicado para muchos y muchas.

“Un saco de niños zaleados”: precariedad laboral y precariedad vital de la “generación de la crisis” en Extremadura (2017) es el título del trabajo de Urraco para la obtención del grado de doctor. Un título preñado de matices, con sus comillas, con su carga semántica, con su intención, con su subjetivación, con personalidad. Pronto podrá ser accesible en el repositorio de tesis doctorales de la Universidad Complutense de Madrid, pero desde ya empieza a ser referencia para citas e inspiración de otras investigaciones sociológicas por su artículo en el número 7 de la Revista Metamorfosis.

Conocimos a Mariano Urraco Solanilla en las II Jornadas sobre estudios de juventud, donde presentó una ponencia con algunos de los resultados de su tesis. Concretamente, el investigador profundizó en la búsqueda de una trayectoria lineal, previsible, en la transición a la vida laboral de las personas jóvenes extremeñas, que apuestan por el funcionariado como opción casi única para salir adelante. ¿Funcionario por oposición? Como si fuera algo fácil… Rechazar la frustración, agarrarse a la lógica del “sálvese quien pueda”, responder a la presión familiar o competir como síntoma del individualismo que impera son algunas de las explicaciones para asumir el reto.

El estudio está basado en entrevistas en profundidad a jóvenes titulados y tituladas universitarios/as de Extremadura. El diseño metodológico, como debe ser, se construye en función del objetivo principal de la investigación: comprender el modo en que la precarización del mercado laboral español ha afectado a las vivencias y a la manera de imaginarse el trabajo de estas generaciones periféricas. Según las conclusiones de la investigación, se trata de juventudes que han resultado demostrar pautas de actuación “como las de antes”, alejadas de los nuevos discursos sobre lo bueno, bonito (y caro, habría que añadir) sobre el trabajo flexible o la emigración.

Este perfil biográfico de la juventud extremeña vendría a dar una vuelta de tuerca más a la afirmación: “si no tienes trabajo, lo que interesa es seguir formándote”, respuesta mayoritaria a la hora de destacar aspectos de la relación estudios-trabajo, según la investigación “Jóvenes y empleo, desde su propia mirada”, del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. Porque opositar no es solo hincar codos durante un tiempo indeterminado (y aprender, por qué no) sino, sobre todo, asegurar que el estudio pueda servir para algo, por ejemplo, para sobrevivir a la crisis.

El “faro del empleo público”, como indica el autor, es en Extremadura el lugar al que dirigen sus esfuerzos los y las jóvenes. El funcionariado se convierte en algo incluso apetecible para quienes buscan salir adelante “con las estrategias “de siempre” (estudiar y estudiar: másteres, cursos, oposiciones)” (Urraco, 2017: 45).  Así que, aludiendo al título de una de las novelas de Virginia Wolf (porque la investigación aquí reseñada es como “una habitación propia” de la juventud extremeña) valdría como lema cada vez más extendido en esta etapa etaria: ¡“Al faro”!, no vaya a ser que por el camino de la emancipación nos zaleen más de la cuenta.