Autor: Alicia Avilés Pozo
7 diciembre, 2018

Los y las jóvenes se enfrentan cada día a un gran volumen de noticias falsas creadas bajo intereses de manipulación de masas

Es fundamental saber cómo detectarlas y las nuevas generaciones han crecido con las herramientas necesarias, la mayoría muy fáciles y accesibles

Nos llega un mensaje al teléfono móvil. Es una noticia extraña, algo exagerada, sorprendente y con un titular impactante. Puede ser verdad. Por qué no, pensamos, si cada día de actualidad informativa no deja de depararnos sorpresas inesperadas. Pero también puede ser mentira. Primero, por la forma en la que nos ha llegado, y segundo porque, de ser falsa, no seremos capaces de identificar su origen. Es el lado oscuro de la sociedad de la información digital, de las noticias por redes sociales y de los servicios de mensajería instantánea.

Frente a una ventaja mayoritaria de democratización global de las noticias, ha crecido su némesis: las ‘fake news’, informaciones falsas creadas bajo intereses de manipulación social de masas o por simple divertimento. Los y las jóvenes son su principal público, pero a la vez, son también sus más letales enemigos: han crecido con las herramientas necesarias para detectarlas.

Es cierto que ser nativo digital (haberse educado desde la infancia con nuevas tecnologías) no conlleva conocer los trucos para detectar lo más nocivo. La alfabetización digital cumple aquí un papel esencial que todavía no terminan de tomarse en serio instituciones como las educativas. La juventud crece con un móvil en la mano, pero ¿sabe usarlo para un conocimiento integral de la realidad social que tiene alrededor?

Tanto desde la Unión Europea como desde organizaciones internacionales de cooperación digital han elaborado algunos documentos para detectar las ‘fake news’ y empoderar a los más jóvenes frente al desconocimiento. Ofrecemos un decálogo de recetas, consejos para identificar bulos y convertirnos en auténticos #FakeNewsHunters:

1. El test de la reacción inmediata. Si la noticia que hemos recibido en el móvil o que hemos visto en alguna red social compartida por alguien nos ha provocado una intensidad emocional muy elevada, debemos desconfiar. Uno de los objetivos de las noticias falsas es generar alto rechazo o sorpresa.

2. La reafirmación de ideologías extremistas. En la mayoría de los casos, dan por buena alguna argumentación de carácter radical. Aseguran que algo es así porque sí y sin argumentos, pero nos invitan a creerlo y nos disuaden de investigar.

3. No hay fuentes de información. Por mucho que busquemos no encontraremos ni un solo sujeto de la información que podamos identificar, que nos resulte cercano o conocido o que apele a documentos, informes o actos públicos que interpretemos como familiares.

4. Nivel cero en hipertexto. No habrá tampoco ningún enlace dentro de la noticia al que podamos acudir para comprobar los antecedentes, el contexto o las informaciones relacionadas con lo que estamos leyendo.

5. Montajes de vídeo contra la verdad. Estamos acostumbrados a ver en la televisión y en internet vídeos de muy mala calidad, de particulares, que se usan para ilustrar noticias. Aprovechando esta circunstancia, los creadores de ‘fake news’ utilizan montajes verdaderamente cutres para falsear la realidad. Es muy fácil saberlo: si no son virales y no podemos encontrarlos en ningún otro sitio, son falsos

6. El titular, el mejor cómplice de una noticia falsa. No nos quedemos ahí. Entremos en la noticia y comprobemos cómo se argumenta esa información del titular y si realmente tiene alguna relación.

7. Busquemos en los medios (hay muchos). Si simplemente es un mensaje de whatsapp sin enlace, su veracidad ya está entredicho. Debemos buscarla en Google News y si hace referencia a algún medio de comunicación, comprobar si realmente es así.

8. Un estilo incomprensible. La forma en que está redactada la noticia es fundamental. Los medios de comunicación con cierto prestigio no tiene faltas de ortografía, incongruencias gramaticales o errores de estilo. Si el texto es un caos con continuas patadas al diccionario, es falso o cuestionable.

9. La máscara de los números. Muchas veces, las ‘fake news’ se disfrazan de datos y estadísticas para obtener una apariencia de rigor. Pero los números no se generan solos, siempre proceden de estudios oficiales o de organizaciones, colectivos, expertos y asociaciones. Lo más normal es que en una noticia falsa esas cifras no tengan ningún sentido ni se puedan identificar con ninguna fuente fiable.

10. El regreso al origen. Es muy probable que todos estos elementos se den al mismo tiempo, pero también pueden aparecer por separado. Ante la duda, el origen de la misma puede ser también la solución. En internet la vimos, en internet podemos verificarla. Por whatsapp nos la enviaron, por whatsapp podemos preguntar cómo le llegó a quien nos la envió.

Es innegable que aquellos que difunden noticias falsas también han conseguido hacerse con métodos cada vez más sofisticados. Afortunadamente, también aumentan las herramientas para combatirlos. Por ejemplo, en el caso de las fotografías existe una aplicación llamada TinEye que al mostrarle una imagen nos dice cuándo y dónde fue publicada. A veces incluso basta con arrastrar la imagen al buscador de Google para descubrir su origen, si está falseada o duplicada. También hay páginas como Izitru que permiten analizar una fotografía para averiguar si han pasado por photoshop.

Para reconocer vídeos manipulados hay que seguir procedimientos más complejos. Pero para saber seguro si un vídeo es falso podemos usar Citizen Evenidence Lab, que que creo Amnistía Internacional para verificar vídeos falsos. En ella se ofrecen una serie de tutoriales para explicar el proceso paso a paso.

Por último, con carácter más general, hay páginas web de verificación que se dedican sistemáticamente  al desmentido y a la verificación de noticias que circulan en la red. En España la más importante es Miniver (Ministerio de la Verdad). Como estamos viendo, hay muchas herramientas. Si sospechamos, no compartamos un enlace, una fotografía o un vídeo de manera inmediata. Solo hay que dedicarle unos minutos más. No nos dejemos engañar. Un conocimiento riguroso de la realidad es un derecho fundamental. Que no nos lo quiten.