Autor: Gema Calderón Aguado
14 septiembre, 2018

Cuando hablamos del mes de septiembre, creo que para la mayoría de las personas supone un cúmulo de sentimientos encontrados, un altibajo emocional, aunque dependiendo de la época de la vida en la que nos encontremos lo vemos como un mes más positivo o menos.

Si lo vemos desde la mirada de una persona adulta, este mes de septiembre se ve como un mes algo depresivo por el hecho de que suele asociarse al fin de las vacaciones, del verano, de la vuelta a la rutina del trabajo y al estrés que esto conlleva. También es un mes en el que nos planteamos nuevos retos y propósitos: hacer más deporte apuntándonos al gimnasio, tratando así de mantener lo que hicimos antes de verano para vernos estupendos en playas y piscinas luciendo modelito, mejorar nuestro nivel de inglés, etc.

Si nos ponemos en la piel de niños y niñas, adolescentes y jóvenes, podemos encontrarnos también una montaña rusa de sentimientos y emociones. Por un lado, muy parecidos a los que tienen las personas adultas, fin de verano, de “la diversión”, y la vuelta a la rutina de las clases, pero, por otro lado, “el gusanillo” del reencuentro con los compañeros y amigos de clase para poderse poner al día de todo lo que han hecho durante el tiempo que han estado separados.

Lamentablemente, en muchos casos, muchos más de los que nos gustarían, esto no sucede como acabamos de contar, sino que la llegada del mes de septiembre y la vuelta al cole viene unida al miedo de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que tienen que lidiar con el acoso escolar y que seguramente han tratado de olvidar durante el periodo estival.

Aunque se trata de un problema que se produce fundamentalmente en los centros educativos, para lograr atajarlo es muy importante tener en cuenta, no solo a la figura del profesor, la dirección del colegio o a las propias familias, también puede ayudar la experiencia de personajes públicos del panorama nacional o internacional que se une a la lucha para apoyar a los más débiles y rechazar a los acosadores.  Para ello, han dado a conocer situaciones personales de acoso que recibieron durante su época de estudiantes y que en aquellos momentos no se atrevieron a sacar a la luz. Por eso, animan a todos aquellos que tienen este problema a que sigan luchando, a que lo cuenten y que sean fuertes, y al resto de personas que estamos a su alrededor que pongamos nuestro granito de arena para ayudar a erradicar este problema y “marcar la diferencia”.  En esta vuelta al cole se ha viralizado un texto que anima a los alumnos y alumnas a ser amables con todo el mundo, sonreír y apoyar a los niños y niñas que sean maltratados por otros compañeros. “¡Tu amabilidad puede ser una gran diferencia en la vida de alguien!”.

Desgraciadamente todavía nos queda mucho camino por recorrer aunque esperamos que con el apoyo de toda la sociedad podamos avanzar más rápido. Mientras tanto se puede contar con el teléfono contra el acoso escolar del Ministerio de Educación 900 018 018 y con la Fundación ANAR 900 20 20 10, que también cuenta con un chat que funciona todos los días de 16:00 a 24:00 horas.