*Mikel Aguirre
La mayoría de quienes nos dedicamos a la educación coincidiremos en que uno de nuestros mayores retos es mantener la motivación del alumnado por aprender. Cuanto más motivada esté una persona, más implicación tendrá en su estudio y más fácilmente asimilará los contenidos. La gamificación nace como una solución a la falta de motivación que muchas veces nos encontramos, aunque va mucho más allá en sus resultados cuando está bien empleada. Y, concretamente, cuando se trata de educación para la ciudadanía global, la gamificación tiene una aplicación magistral.