Autor: firmainvitadapj
26 septiembre, 2022

*Priscila Bueno

En nuestro servicio SIOF Joven atendemos todo tipo de demandas y consultas, también las relacionadas con pertenencia a grupos de socialización primaria que puedan suponer un perjuicio para el desarrollo juvenil. Es por eso que hoy en el blog queremos ocuparnos de las “bandas latinas”: ¿Qué son?, ¿Por qué se forman y cómo se mantienen? ¿Quiénes forma parte de ellas?

En la actualidad la definición del concepto de “banda juvenil” aún no se ha consensuado. Este fenómeno se da de maneras diferentes dependiendo del país, la época y la fuente con la que se recogen los datos, es por esto que la información que se ha obtenido sobre ellas es deficiente. Sin embargo, es un fenómeno que podemos encontrar a nivel mundial como consecuencia del malestar por las crecientes desigualdades socioeconómicas, el incremento de la complejidad cultural y los diversos movimientos migratorios (Florencio et al, 2012).

Principales causas para que los jóvenes se involucren con este tipo de agrupaciones

En general, se constata que su aparición se relaciona con la falta de un adecuado proceso de inclusión e integración en el país de acogida, lo cual favorece la marginalización de ciertos colectivos migrantes.[1]. Este contexto, sumado a la deserción o el abandono escolar (la tasa de abandono temprano en la educación en España llegó al 16 % en 2020. [2]) y a la falta de oportunidades e inserción en el mercado laboral hacen que las minorías inmigrantes ocupen una posición económica y socialmente subordinada, lo cual hace que las relaciones interétnicas se desarrollen bajo forma de dominación y explotación.[3]

En el plano individual, la pertenencia a bandas se vincula con hogares desestructurados en los que las y los jóvenes padecen confusión en cuanto a su desempeño de roles familiares, y también al maltrato y/o abuso infantil. Según la OMS (2020) el maltrato infantil causa alteraciones en la salud mental y física que perduran toda la vida, pero también tiene consecuencias a nivel socioprofesional y de inclusión social.[4]

Por todo esto, las bandas juveniles permiten a muchos jóvenes cubrir necesidades afectivas y sociales, mejorando su autoestima y su fortaleza por el compañerismo (sentido de pertenencia)[5] que encuentran en estos grupos.

¿Conoces a alguien que se encuentra en esta situación?

  1. En primera instancia, es importante que se mantenga la calma. Existe un estigma social fuerte del grupo ante la sociedad.
  2. Es necesario informarse sobre el grupo antes de tener cualquier conversación. No criticar, recriminar su participación en el mismo ni juzgar su apariencia o vestimenta.
  3. Se recomienda intentar incrementar los momentos de interacción con el/la joven en cuestión para así facilitar canales de comunicación afectiva y asertiva.
  4. Si es posible, ofrecer apoyo para cuando tengan algún problema personal, que sepan que pueden contar con nosotros/nosotras.
  5. Si procede, orientarlos en búsqueda de formación, empleo y actividades de ocio educativo/deportivo.
  6. Desde el principio, buscar ayuda profesional: existen varias asociaciones que se especializan en el trabajo con este colectivo y trabajan para mejorar su inclusión social facilitándoles espacios de encuentro y reflexión.

No se puede contrarrestar la violencia existente en las bandas únicamente con acciones de represión y control policial, es importante trabajar con la agrupación, no con el objetivo de erradicar la banda o para que el joven en cuestión abandone el grupo, sino para que abandonen la violencia fomentando conductas prosociales[6] y apoyándolos con la búsqueda de formación, ocio y empleo.

¿Pero y si soy yo quien me encuentro en esta situación?

Si formas parte de uno de estos grupos, ¿te has preguntado qué rol ocupas dentro de ellos? Quizás puedas ejercer como líder positivo: presentando tus valores de honestidad y ética; concienciando respecto a las consecuencias de las acciones, ya sean estas positivas o negativas; y teniendo objetivos claros en la vida para inspirar a la gente que lideras y así enseñar con el ejemplo (respecto a los estudios, el trabajo, o la familia).

También queremos que sepas que actualmente hay varias actividades comunitarias y asociaciones dispuestas a dar un espacio a jóvenes en esta situación. En estos espacios realizan actividades y desarrollan proyectos organizados por vosotras y vosotros que toman en cuenta vuestros propios intereses (musicales, deportivos, laborales, entre otros).

Y también te podemos ayudar directamente. Si te sientes solo/a, desprotegido/a o eres parte de una agrupación y quieres conocer más características de un líder positivo o entidades en donde se acoja a jóvenes en esta situación, no dudes en contactar con el Servicio de Información y Orientación Joven de Fad (900 16 15 15, teléfono anónimo y gratuito, o WhatsApp 623 22 05 70). Un equipo de expertas te ofrecerá orientación, información y apoyo emocional de 9 a 21h de lunes a viernes. Este servicio es proporcionado por la Fundación Fad Juventud con el apoyo de la Fundación Konecta.

[1] . No obstante, los miembros de las agrupaciones no son exclusivamente de origen extranjero, existe un porcentaje significativo de jóvenes nacionales. Feixa C. et al. (2022).

[2] Estos datos sitúan al país en la segunda posición entre los lugares con el índice más alto de Europa después de Malta, que obtuvo un 16,7 %, según datos Eurostat (Figuereo Benitez, 2021).

[3] “Este rasgo atenta contra la estabilidad social generando conflictos sociales desconocidos en décadas anteriores que se manifiestan en prácticas de racismo y de la xenofobia.” (Omar, 2019)

[4] En última instancia, pueden ralentizar el desarrollo económico y social de un país (OMS, 2020).

[5] “A medida que el niño crece, desarrolla un sentido de pertenencia no tan sólo a la familia, sino que también a la comunidad, a la nación, y a un grupo cultural.” (Kestenberg & Kestenberg 1988, en Canales & Peña, 2014).

[6] “Actos realizados en beneficio de otras personas; maneras de responder a éstas con simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento y entrega o generosidad” (Vander Zanden, 1986)

*Priscila Bueno es Psicóloga Sanitaria y Máster en Intervención Psicosocial y Comunitaria. La experiencia que ha obtenido del trabajo en terreno, en Latinoamérica y España, le ha permitido ver diversas realidades con diferentes colectivos en riesgo de exclusión social. Su vocación es su trabajo y aunque le encanta viajar, ha hecho de España su hogar. Dato curioso: adoptó una gata trotamundos a la cual ama con locura.