Autor: Gema Calderón Aguado
31 enero, 2019

En diciembre de 2018 se ha publicado el número 9 de la revista Metamorfosis, en el cual encontramos temáticas variadas y aportaciones de distintas entidades, tanto universitarias como sociales. Se abarcan diferentes coordenadas del progreso joven, desde políticas hasta  personales, y en todas ellas se puede entrever la expresión de la dificultad para salir de la crisis y la influencia de este contexto en su identidad como colectivo. La revista, de carácter académico, está abierta a la recepción de artículos y notas de investigación durante todo el año.

Para empezar, la entrevista a Rossana Reguillo pone en valor y en contexto las revoluciones juveniles de los últimos quince años. Carles Feixa y Eduard Ballesté, de la Universidad Pompeu Fabra, interpelan a la juvenóloga mexicana, que recorre su trayectoria académica a la vez que señala objetos de estudio imprescindibles para entender la producción científica en este campo.

Cuenta además este noveno número con una serie de artículos donde podemos ver cómo las y los jóvenes españoles, portugueses o del otro lado del océano viven las distintas situaciones de vulnerabilidad, exclusión o los propios desencuentros con el momento que les está tocando vivir.

Por un lado, desde México, Angélica María Fabila y Flor de Liz Pérez, en su texto “Condiciones de la ciudadanía juvenil, la configuración potencial de espacios de violencia”, exploran las condiciones en que los jóvenes universitarios de Tabasco perciben su contexto y conforme a él construyen sus comportamientos en lugares públicos. Estos y estas jóvenes le dan bastante relevancia a la inseguridad y al descrédito que tienen las instituciones y, en consecuencia, definen sus formas de relacionarse e intervenir en la sociedad, con violencia. Viendo esto y siguiendo en la línea de cómo está la juventud centroamericana, encontramos muy interesantes las palabras de Nicté Soledad Castañeda en su artículo “Jóvenes migrantes mexicanos en Estados Unidos: Un contexto de vulnerabilidad, exclusión y racialización”. “Muchos jóvenes se encuentran en situación migratoria documentada o indocumentada y esto les ha empujado a una ciudadanía restringida o en suspenso, conduciéndoles a la marginalidad social, en la que en la mayoría de las veces surgen temores y miedos que reducen los pocos mecanismos de integración social de que disponen”.

Después de esta visión de lo que sucede con jóvenes en un país centroamericano como es México damos un salto en el océano para regresar a Europa y ver un poco la visión de los jóvenes españoles, portugueses y latinos que residen en la Península Ibérica.

Por un lado, Sonia Pérez de la Torre, en su artículo “La experiencia de jóvenes originarios del cono sur latinoamericano que viven en Cataluña. Transitar la crisis desde la condición de inmigrante: una lectura desde la perspectiva del empoderamiento”, reflexiona sobre los procesos de participación en la vida comunitaria de las personas entre 20 y 34 años originarios del Cono Sur de América Latina, que, tras una experiencia migratoria, viven en Cataluña y perciben una noción de crisis vinculada a su desplazamiento, seguramente algo diferente a la de las y los jóvenes migrantes mencionados en los párrafos anteriores.

Centrándose en la juventud de origen español, Antonio Murillo Luna nos habla en su artículo  “Del 15 M a la institucionalización del descontento. Percepciones y representaciones sociales sobre la situación política en la generación indignada española (2011-2017)” de cómo en los últimos años la sociedad española se ha adentrado en una situación de crisis económica, política y social de gran profundidad que, aunque parece que ya ha llegado a su fin,  ha imprimido en “la generación indignada” la sensación de abismo entre lo que ocurre en España y en Europa. En una situación bastante parecida se encuentran las y los jóvenes de Portugal y así lo reflejan María Manuel Viera, Lia Pappamikail y Tatiana Ferreira en su artículo “Jóvenes y políticas juveniles: Algunos desencuentros. El caso del sistema de Garantía Juvenil en Portugal”. En sus páginas, las autoras ponen en jaque los intentos de perpetuación del modelo social europeo a través del programa de Garantía Juvenil, el cual no ha recibido la acogida esperada. “Basado en medidas que presentan la educación y la formación como una solución para la integración/retorno de estos al mercado de trabajo, limita en gran medida su alcance como “garantía” de empleabilidad de los jóvenes”, concluyen.

Por último, el artículo “¿Individualización o pluralización de modos de convivencia? Análisis de la realidad familiar en España mediante la evolución y características de los hogares jóvenes”, de Antonio y Carlos Echaves García, hace un repaso a la conceptualización de los tipos de convivencia familiar, apoyándose en datos censales de la última década. También las notas de investigación están centradas en los indicadores de emancipación de las y los jóvenes como síntoma global y local. Concretamente, Marta Donat López y Anne Berngruber comparan las estadísticas disponibles sobre la independencia residencial en España y Alemania; mientras que Joffre López propone un método de cálculo para medir la capacidad de las personas jóvenes para acceder a una vivienda.