Autor: Alicia Avilés Pozo
25 marzo, 2019

El 8 de Marzo ya es algo más que un día. Exige avanzar en el conocimiento de un movimiento social y transformador que no deja de evolucionar

Seleccionamos un conjunto de libros aptos para todas y todos que pueden ayudarnos en una revolución paralela: la del pensamiento

La última movilización del 8 de Marzo ha vuelto a demostrar que el movimiento feminista es probablemente la contestación social más importante del mundo. La búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres ha dejado de ser retórica política para alzarse en pasos firmes contra el patriarcado. Ahora la tarea que hay por delante es quitarse de encima los numerosos tópicos y términos despectivos con que se ha querido menospreciar este gran fenómeno. Y contra ello, nada mejor que la pedagogía cultural. Afortunadamente, existe, y no precisamente desde ahora, una variada y compleja literatura feminista que ayuda a comprender las diferentes vertientes de este movimiento, su historia, su transversalidad sociológica, su influencia en las corrientes de pensamiento y todo lo que queda por hacer para no dar ni un paso atrás. La selección responde a la necesidad de ofrecer diferentes perspectivas y formatos de un mismo cambio social, pero es solo eso, una muestra. El universo feminista también se expande. Estos once libros (y un regalo) son el inicio de ese viaje.

 

‘Nosotras. Historias de mujeres’, de Rosa Montero. ¿Conoces a Isabelle Eberhardt, a Camille Claudel, a Aglaonike de Tesalia o a Ada Lovelace? Una prueba de la evolución de mujeres notables la ha recogido una de las periodistas y escritoras más emblemáticas de nuestro país. Rosa Montero escribió en 1995 un libro en el que recogía la investigación sobre algunas mujeres olvidadas por la historia. La enorme evolución de los estudios feministas, y sobre todo, el que hayan salido de las sombras tantos nombres denostados por el machismo imperante de las crónicas históricas, hizo que la escritora publicara una revisión y ampliación de ‘Nosotras’ incluyendo nuevas figuras, y acompañándolas de las ilustraciones de María Herreros. Una auténtica maravilla que huye de la icónica perfección de la mujer y que corona a la deslumbrante Marie Curie que la autora ya descubrió en ‘La ridícula idea de no volver a verte’. Con ello, volvemos a asistir a la estética realista con la que Rosa Montero ha sabido vestir a las mujeres protagonistas de sus novelas. Una vuelta por sus páginas supone una ruptura con nuestra concepción de esa asignatura de historia que nunca fue tal y como nos la contaron.

‘Estamos todas bien’, de Ana Penyas. La mayoría de las mujeres nacidas después de la Transición Democrática en España no declararían que sus abuelas o sus madres fueron feministas. Quizás no lo fueron conforme en su concepción más moderna, a cómo lo entendemos ahora, pero sí en su afán por sacar adelante a sus familias en medio de una dictadura que nos hizo retroceder como en la máquina del tiempo más cruel de la historia de España. Cuando el listón bajó tanto que el objetivo número uno era poder comer, el feminismo fue únicamente una mujer luchando por sus hijos. En las reflexiones de las abuelas de Ana Penyas, en sus escenas emotivas y simbólicas, está el reflejo de esa lucha íntima e invisible. Esta obra gráfica, Premio Nacional del Cómic en 2018, es un homenaje a varias generaciones de mujeres atascadas en un episodio negro de desigualdad y represión. Cuidar fue su reinado, cambio de nada. Su recuerdo es también memoria histórica. Gracias ellas, como dice la autora, estamos hoy aquí.

‘Mi vida en la carretera’, de Gloria Steinem. Nada somos sin lo que otras fueron antes. La toledana (de Toledo de Ohio, Estados Unidos) Gloria Steinem se convirtió a finales de los años 60 del siglo pasado en una de las activistas por los derechos de la mujer más conocidas en todo el mundo. Desde el ‘New York Magazine’ hasta la creación de la revista feminista ‘Ms.’, vinculó la lucha de las mujeres con los derechos de la población negra, proclamando pioneros discursos de liberación que llegaron a todo el mundo. Prácticamente toda su trayectoria está contada en primera persona en esta autobiografía de aprendizaje escrita hace tan solo tres años, donde mantiene toda la fuerza de esa segunda ola feminista con la que recogió a su vez el testigo de la primera revolución de inicios del siglo XX. Con una visión crítica, optimista y voraz, ofrece a las nuevas generaciones más de mil motivos por los que seguir peleando por una igualdad que todavía no se ha conseguido. Llama a hacerlo desde el activismo, el periodismo y la comunicación, y a no rendirse frente al discurso reaccionario y autoritario de quienes impusieron el modelo patriarcal.

‘Neoliberalismo sexual: El mito de la libre elección’, de Ana de Miguel.  Escuchar hablar esta filósofa y profesora, una de las voces más destacadas del feminismo en España, es abrir los ojos a un tipo de activismo que sobrepasa los límites de la historia. Ana de Miguel lleva años revisando la historia de las civilizaciones para denunciar el papel de todo un género relegado a la nada por imposición social, religiosa y cultural. Pero en este libro se adentra en un aspecto muy concreto que se ha derivado de todo ello: la conversación de los cuerpos de las mujeres en mercancía a través de la prostitución, la trata y la explotación sexual. Desmonta las teorías según las cuales la mujer es ahora libre de elegir lo que quiere o no quiere hacer con su cuerpo. Según apunta, este argumento ha servido para contrarrestar la lucha abolicionista bajo una falacia. La autora siempre lo dice en sus conferencias:  no es que las mujeres hayamos estado oprimidas sino que “hemos sido socializadas durante toda la historia para darles esa fuerza a los hombres”. Y ese es el motivo por el que han estallado las grandes manifestaciones feministas, porque hemos dicho “hasta aquí hemos llegado”.

‘Poesía para niñas bien’, de Txus García. No podemos obviar en este recorrido  un género en el que las mujeres españolas han plantado su poderosa huella, sobre todo en la última década. Y la mejor manera de transitar en la revolucionaria evolución de la igualdad es adentrarse en los versos rapsodas de Txus García, poeta ‘queer’, activista independiente en favor de los derechos humanos y animales, y artista performática transgénero cuya obra poética es un catárquico viaje por su experiencia, con el paisaje de la ternura, la lucidez, la tristeza, el amor, el gamberrismo, la risa, la crudeza y la esperanza. Si el libro te deja sin palabras en cuanto al poder de la palabra, imprescindible asistir a su microshow poético ‘Mira qué señora más rara, mamá’, donde los tópicos y prejuicios sobre la belleza, las relaciones afectivo-sexuales y la feminidad rompen la barrera del sonido para ponernos frente a nuestros miedos de género. “Masculinas, femeninas, intersex, andróginas / solteras, casadas, monjas, viudas, enamoradas / Ellas / Todas / Mierda / Me gustan todas”. Y poco más que añadir.

‘El color púrpura’, de Alice Walker. También es necesario viajar hacia atrás para aprender de quienes pusieron su pedazo de alma en el feminismo. Como entendemos que escritoras como Virginia Woolf ya forman parte de la cabecera de medio mundo, como lo ha hecho Margaret Atwood en ‘El cuento de la criada’, ponemos el acento en esta escritora afroamericana y en la obra que ganó el Premio Pulitzer en 1983, posteriormente adaptada al cine, de manera algo irregular, por Steven Spielberg. Walker unió en esta novela epistolar su canto contra el racismo y el machismo a través de la historia de una joven sometida durante toda su vida al maltrato, la represión y la ignominia. La historia se adentra además en los vínculos familiares y en cómo las actitudes heredadas pueden dar al traste con una resistencia que nace de la necesidad de sobrevivir al patriarcado. Una mujer que se levanta de cada caída sin saber que está construyendo, ella sola, una lucha que después sería colectiva, que serviría para pedir que nada de esto vuelva a repetirse. Por ello sigue peleando cada día su autora, involucrada además en otras causas como la ambiental y la de los derechos de los animales.

‘El hombre que no deberíamos ser: La revolución masculina’, de Octavio Salazar. No estamos solas en la lucha por la igualdad. Hay multitud de hombres, y no solo ahora, confluyendo en el avance hacia todo tipo de derechos y contribuyendo a las denominadas ‘nuevas masculinidades’. Hombres feministas dispuestos a dejar patente y aclarar todos los estereotipos que han surgido en torno a esta lucha colectiva. Tomamos como ejemplo al jurista Octavio Salazar porque en este libro refleja perfectamente que este movimiento no va contra nadie, no es un “ajuste de cuentas” con el género masculino, sino contra el modelo de patriarcado. “Los hombres debemos colocarnos delante del espejo para reflexionar sobre todo aquello que no deberíamos ser y para indicarnos el itinerario a seguir para construirnos de otra manera. Unos nuevos hombres que hagamos posible al fin una sociedad en la que nosotros dejemos de ser los poderosos y ellas las subordinadas”. El autor es experto en Derecho Constitucional, un firme defensor de esta causa como también reflejan todos sus artículos de opinión, donde aboga por la ruptura del modelo masculino de “dominación y violencia”. En esta obra se adentra sin complejidades en la necesidad de un nuevo ‘contrato social’ entre hombres y mujeres que equilibre la balanza y que, a su vez, genere una sociedad transformadora.

‘El futuro es femenino: Cuentos para que juntas cambiemos el mundo’, de varias autoras. Imprescindible adentrarse en la literatura infantil para constatar la necesidad de comenzar por los cimientos, de sentar la base de una educación en igualdad cada vez más exigible en las aulas. Las ilustradoras Agustina Guerrero, María Hesse, Ana Santos, Naranjalidad, Lady Desidia, Laura Agustí, Elena Pancobo y Amaia Arrazona se unen en la elaboración de una serie de historias que sustituyen a las princesas que deben ser salvadas por heroínas realistas. Nuevos mundos, tan ficticios como reales, dirigidos a las niñas, pero también aptos para mujeres, chicas, niños, hombres y la sociedad actual en general. Entre sus páginas fluye sobre todo la sororidad, la transmisión de los valores solidarios y pacíficos, y una ternura mezclada con el empoderamiento a través de sus protagonistas. El mejor instrumento para hacer llegar a las nuevas generaciones lo que ya se está consiguiendo pero manteniendo la actitud crítica, llamando a permanecer atentas a cualquier corriente o movimiento que quiera desandar un camino que tanto trabajo ha costado transitar.

‘Re-creating Ourselves: African Women & Critical Transformations’, de Molara Ogundipe Leslie. Es necesario leer a numerosas escritoras, ensayistas y pensadoras africanas para entender otro tipo de feminismos, que se han arraigado en contraposición a las costumbres ancestrales pero que en su definición clásica apuestan por la igualdad entre hombres y mujeres. La nigeriana Ogundipe-Leslie es uno de los referentes del feminismo negro y una de las autoras más críticas con sistemas patriarcales que están a años luz de la concepción occidental. Esta obra recoge una selección de textos donde la autora ofrece deslumbrantes reflexiones sobre cuestiones de género y su imprescindible vínculo con la política y las transformaciones sociales durante décadas. Pero la obra de esta escritora es muy prolífica y ha contribuido a generar un pensamiento revolucionario africano muy complejo y diverso que puede encontrarse en numerosas antologías, aunque muchas de ellas, como en este caso, no estás traducidas al castellano y solo pueden encontrarse en librerías especializadas. Es una asignatura pendiente hacer que estas voces traspasen las fronteras de muchos países para que entendamos cómo las mujeres africanas siguen haciendo su propia revolución.

‘Feminismo o barbarie’, de Pilar Aguilar. Esta escritora, ensayista e investigadora se ha especializada durante muchos años en analizar la imagen de la mujer en la cultura audiovisual y sobre todo en el cine, mediante una serie de artículos publicados en varios de medios de comunicación ahora recopilados en el primer volumen de este libro, un tratado casi revolucionario sobre el feminismo. En estos textos están las causas necesarias de por qué es necesario que la revolución para alcanzar esos cánones de igualdad sea feminista. La escritora no solo desmonta, sino que revienta, las imposiciones y roles, sobre todo sexuales, impuestos por la sociedad patriarcal y lo hace con un lenguaje mordaz y lúcido, con ejemplos visibles cargados de ejemplos muy clarificadores que demuestran la esclavización de todo un género a los patrones del otro, sin dejar escapar un detalle de cada pincelada de machismo que ha hecho que ahora haya tanto trabajo por hacer. En realidad, tras leer a Pilar Aguilar no queda otra que reafirmar cada paso del movimiento feminista por pura necesidad vital. La liberación sexual tiene ahora otros significados muy diferentes a ese ‘destape’ cosificado y trasnochado creado para el disfrute masculino. Ya no se puede volver atrás. Lo contrario, efectivamente, es la barbarie, el caos, la sin razón.

‘Manual para señoras de la limpieza’, de Lucia Berlin. El gran descubrimiento feminista de los últimos años ha sido esta voz literaria escondida durante décadas. Probablemente esta escritora norteamericana nunca hubiera dicho que su prosa era feminista, ni lo hubiera imaginado, como tampoco que se convertiría en un fenómeno mundial después de su muerte. Activista sin pensarlo, revolucionaria sin propósito, leer este compendio de relatos descarnados, tan solo una parte de las decenas que escribió durante su compleja vida, es adentrarse en la libertad de que la hizo gala durante su extremada, intensa y muchas veces triste, existencia. Desde su expulsión de un colegio de monjas hasta su experiencia como limpiadora y enfermera, Berlin le estaba dando la vuelta a los estereotipos de género sin que nadie se percatara de su poderosa introspección. Como hiciera Anaïs Nin a través de sus diarios aristócratas y desgarrados, esta escritora construyó trampas entre la realidad y la ficción mucho más adentrada en el fango de una sociedad que nada le perdonó y casi todo se lo quitó.

Y de regalo, Píkara Magazine. De entre la gran cantidad de webs, blogs y publicaciones periodísticas feministas que ya forman parte de la red, Píkara es quizás el proyecto más integrador de todos ellos, porque a esta lucha ha añadido temas sociales, políticos y culturales. Realiza desde hace casi diez años un periodismo que sus autoras definen como “feminista, crítico, transgresor y disfrutón”. Se inspiraron en proyectos anteriores como el periódico ‘Andra’ o la revista ‘Frida’ en Bilbao, desde la Red de Periodistas con Visión de Género y su homóloga vasca  Kazetarion Berdinsarea. Su estela ha ido mucho más allá: publican su propia revista en papel, forman y asesoran, organizan actividades culturales, colaboran con otros medios de comunicación y constituyen un proyecto plural que quiere “romper con la hegemonía de las mujeres blancas, payas, heterosexuales, cisgénero, urbanas, con estudios universitarios, neurotípicas y sin discapacidades”. Unos minutos de navegación por su transversal ideario abre los ojos hacia un horizonte de verdades feministas difíciles de socavar. Necesarias y contundentes. Reveladoras.