Autor: Fad Juventud
6 mayo, 2016

Recientemente, se ha presentado el estudio “¿El amor es algo bonito que acaba mal? Amor, sexo y salud. El ideario amoroso entre adolescentes y jóvenes de Guipuzkoa financiado por la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo y la Diputación Foral de Gipuzkoa y realizado por laUPV/EHU, Medicus Mundi Gipuzkoa y Farapi Koop Elkartea.

El estudio ha tenido por objetivo analizar las percepciones que tienen los y las jóvenes de Gipuzkoa, de entre 13 y 18 años, sobre el amor romántico, para poder entender cómo éstas están relacionadas con las formas en las que se establecen relaciones afectivas. Asimismo, también se quiso indagar en cómo los ideales románticos que se tienen pueden desembocar en violencia, tal y como se especifica en el portal web culturacientifica.com.

A nivel general, de los resultados de la investigación se extraen dos ideas fundamentales, que articulan el resto de conclusiones planteadas por el equipo investigador:

– Entre quienes han tenido o tienen relaciones, hay un mayor cuestionamiento de las ideas tradicionales del amor romántico (agudizándose esta cuestión en el caso de las chicas).

– En las percepciones que se tienen sobre el amor, parece incidir fuertemente la trayectoria y las figuras educativas que se hayan tenido hasta el momento.

Teniendo en cuenta estas cuestiones, el estudio ofrece ocho conclusiones:

 1. La pareja se percibe, tanto en jóvenes como en adolescentes, como el planteamiento de vida ideal, de manera que vivir sin pareja se asocia con la soledad y la tristeza (especialmente en las chicas).

2. El conflicto se asume como algo inherente a la pareja y al amor; en base a ello, para el equipo investigador, los celos y las actitudes de control, son dos cuestiones a las que urge hacer frente.

 3. Las TIC están cada vez más presentes en la vida cotidiana de las relaciones, de manera  que cada vez son menos las situaciones en las que se desconecta totalmente de la pareja. En este sentido, resulta preocupante la completa disponibilidad que muchas chicas parecen mostrar hacia sus parejas.

 4. El equipo investigador ha encontrado que existe una fuerte disonancia entre “lo que se dice” y “lo que se hace” en el campo del amor adolescente, dado que hay un discurso formal que cuestiona el modelo tradicional de amor romántico pero, sin embargo, sigue existiendo una cierta legitimación de los papeles desiguales que, en el amor normativo, se adjudican a chicas y chicos.

 5. Sorprenden las actitudes y los discursos desde los que se habla de modelos de amor no heteronormativos, encontrándose actitudes explícitas de repulsa – sobre todo en los grupos de mayor edad- y llegándose a hablar de moda en el caso de la homosexualdiad (especialmente de la femenina), o de vicio o falta de personalidad en el caso de la bisexualidad.

 6. Los cuerpos –especialmente los femeninos- siguen siendo elementos de deseo y susceptibles de ser consumidos. En este sentido, las redes sociales se han convertido en un campo de batalla, donde los cuerpos de las chicas – al ser expuestos- son sometidos a escrutinio público.

7. En lo referido a la salud sexual-reproductiva, si bien parece conocerse la teoría, en la práctica no se cuenta con estrategias suficientes como para defender los propios criterios o, al menos, no en todas las circunstancias.

8. Por último, y en lo referido a la violencia de género, parece haber aumentado la concienciación entre la población joven, pero sigue tratándose desde un prisma individualista – y alejado de sus propias experiencias- y no como parte de una estructura social. Además, muchos comportamientos de control y acoso siguen estando normalizados y concebidos como inherentes a las relaciones.

Finalmente, y partiendo de estas conclusiones, el equipo investigador ha elaborado unas recomendaciones que permiten orientar, en pro de la realidad social, intervenciones socioeducativas. Así,  y aunque del estudio han emanado discursos críticos y encaminados hacia el cambio social, se cree conveniente reforzar actitudes que posibiliten mantener relaciones afectivo-sexuales saludables y ajenas a los estereotipos de género. Sobre esto, parece necesaria la elaboración y puesta en marcha de planes de prevención y sensibilización específicos para adolescentes y jóvenes, que aborden la relación entre el amor romántico y las desigualdades de género.