Autor: Alicia Avilés Pozo
7 junio, 2018

Analizamos los consejos que varias expertas sexólogas ofrecen sobre la diversidad en las prácticas sexuales y la eliminación de tabúes todavía vigentes

Entre la juventud persiste una percepción de inseguridad, que es muy alta en cuanto a las relaciones sexuales y se eleva entre las mujeres

El respeto a la orientación afectivo-sexual se ha convertido asimismo en otro reto que cobra cada año más fuerza entre el colectivo LGTBI

¿El sexo ha dejado de ser un tabú? De cara a la galería, la sociedad española se ha modernizado en gran medida respecto a la eliminación de prejuicios, telones y estereotipos sobre las prácticas sexuales. Han contribuido a ello las redes sociales, aunque lo han hecho como arma de doble filo en cuanto a adolescentes y jóvenes. Esto significa que, por un lado, la juventud habla sin tapujos de sus relaciones sexuales a través de estos canales y con sus amigos, pero no se ha roto la barrera de comunicación con sus padres, su familia, con los más mayores. Si acaso, el gran espacio de ‘intimidad colectiva’ que ofrece la comunicación 2.0 ha provocado una mayor introspección en muchos casos, el aumento de los roles estereotipados de género y muchas etiquetas en torno a lo que es o no el hecho sexual. Por eso también se han multiplicado los espacios donde se ofrecen múltiples consejos para adolescentes, sobre todo a través de Youtube o Instagram.

Conviene entonces cribar esta gran cantidad de información. No toda es útil ni rigurosa ni responsable. En base a los estudios sociológicos más recientes, que ofrecen una radiografía muy certera sobre sexo y adolescentes, podemos repasar algunas de las iniciativas que más éxito están teniendo. Pero no hablamos de Tindle ni derivados, es decir, no de las formas de comunicación entre jóvenes ni de su continente, sino del contenido pensado para una educación sexual libre e igualitaria.

Hace un año el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud analizó en el Barómetro ProyectoScopio ciertas conductas de riesgos y percepción de la vulnerabilidad entre los y las jóvenes. Uno de las conclusiones más llamativas fue que casi la mitad decía haber tenido relaciones sexuales sin preservativo (el 26% siempre o casi siempre). Pero también desvelaba existe una percepción de inseguridad, que es muy alta en cuanto a las relaciones sexuales (casi un 40%) y se eleva entre las mujeres. Y otro dato significativo: la edad media de la primera relación es de 16,3 años (la cuarta parte antes de los 15 y el 68% antes de los 18).

Que en una sociedad como la actual todavía haya una gran cantidad de jóvenes que no consideren el preservativo como primera medida de precaución en sus actividades sexuales, da bastante que pensar. La mayoría de sexólogos coinciden en que es un problema de educación, y de cómo esta se ha ido perdiendo tras la eclosión y libertad sexual de los años 80. En realidad, es un síntoma de muchas más cosas en torno a la percepción del sexo, sobre de su desconocimiento. En su Blog Sexperimentado, la psicóloga, sexóloga y youtuber Nayara Malnero dedica un espacio para jóvenes, si bien muchos de sus vídeos y consejos pueden aplicarse a todas las edades. Como síntesis, ofrece seis claves a los padres para hablar de sexualidad con sus hijos, muy sencillas pero todavía no asimiladas por los progenitores del siglo XXI. 

Por ejemplo, introduce como elemento principal que nunca se debe evadir ninguna pregunta. “Aprendemos de lo que se dice y de lo que no se dice. El silencio es la peor de las opciones, estarás reforzando el tabú del que deseas escapar”, argumenta. Ahí es donde ese telón del que hablábamos al principio se superpone a la naturalidad. ¿Qué ocurre si a ello se une la mentira o los datos incorrectos? La situación empeora: “La información errónea junto a la desinformación son las dos grandes catástrofes de su futura vida íntima. Explícate como quieras pero no mientas”. La experta defiende aquí la sinceridad como la fórmula infalible porque al fin y al cabo, ¿qué hay en el sexo que no pueda saber cualquier joven?

Otra dificultad que apunta Nayara Malnero es que muchas veces las preguntas pueden no venir nunca. “Es importante responder a lo que ellos quieren saber, pero también aportar información de lo que deben saber: quizás, en lo que no preguntan directamente también existan cuestiones importantes a conocer o dudas no resueltas”. Es más, se pregunta que por qué esperar a sus preguntas: “La educación sexual de los menores es su derecho y, para los padres, una obligación. ¿Por qué no llevar tú la iniciativa?”. En este sentido, concluye la sexóloga que un diálogo fluido no debe sin embargo dejar que no se haga hincapié en los riesgos y en la necesidad de la protección sexual.

No obstante, no todo está en manos de los padres. O por sustitución, o como medida complementaria, es fácil que los y las jóvenes acudan a Internet para resolver sus dudas. En el caso de la autora de ‘Sexperimentando’ la mayoría de consultas se refieren a la primera vez en el sexo, a posibles embarazos o a diferentes prácticas sexuales. Son tantas que considera que falta más educación a este respecto, además desde la infancia. Este es uno de los ejemplos de sus consejos dirigidos a adolescentes y jóvenes:

En muchas de estas premisas coincide con Marian Ponte, también psicóloga y sexóloga muy conocida igualmente por sus consultas en Internet. En uno de sus reflexiones apunta a la “ansiedad” que muchos adolescentes sufren sobre su rendimiento sexual, a lo que se añaden otras preocupaciones que tienen que ver con su imagen corporal y su apariencia, sobre todo en el mundo de las redes sociales. “Existe una presión grupal que les hace no querer ser diferentes de otros adolescentes para sentirse integrados en su grupo de iguales (…) A todo ello se añaden los profundos cambios fisiológicos que a veces son vividos con ciertas presiones sociales y que deberán ir dando paso a una maduración psicológica que compense sus preocupaciones y logre su satisfacción”.

A este respecto, Ponte defiende las fantasías y sueños sexuales. Considera que dejarse llevar por ellos constituye un “estupendo ensayo para explorar la sexualidad de una forma más íntima y personal. Por eso también opina que la masturbación ayuda a aliviar la tensión sexual, a mejorar la autoconfianza y a obtener un mejor desempeño sexual.

Esta experta se refiere además a un aspecto muy relevante: los roles de género. “Ciertos clichés que se manejan socialmente acerca de lo que se espera por ser hombre o por ser mujer pueden extenderse incluso en los pares de iguales, lo que genera todavía una mayor presión en los adolescentes”. Y también sobre educación, desterrando la idea que “cohíbe” a los padres de hablar sexualidad con sus hijos. “La solución no pasa por negar la sexualidad adolescente, sino por dar una educación sexual adecuada y abierta. Es importante no centrar la educación sexual solamente en los aspectos biológicos o preventivos, sino ofrecer una perspectiva más completa, que incluya lo que significa la intimidad y las diferentes orientaciones sexuales.

Entramos con ello en un aspecto relacionado con la igualdad de género, la denominada “dictadura del patriarcado” y el colectivo LGTBI, que este mes celebra sus actividades del Orgullo. En este caso tan enormemente diverso, visitamos el Proyecto Adolescencias y Cuerpos realizado por la psicóloga y youtuber ‘Psico Woman’. Nada mejor que escuchar las impresiones de un grupo de jóvenes para conocer a través de su voz cómo la fusión entre todos aspectos puede llevar a una concepción aún más libre del ‘Hecho Sexual’:

Este tema también ha sido abordado en la Guía de Recursos y Buenas Prácticas de Educación Sexual publicada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. En este documento se explica precisamente cómo el sexismo y los roles de género han provocado un ‘etiquetado’ de actitudes sobre cómo debe comportarse nuestra juventud, dando lugar a “estereotipos que hacen mella” en las actitudes sexuales. Lo mismo ha sucedido con la “idea romántica del amor” con gran influencia en adolescentes. “Parece que el amor es una fuerza que arrastra con todo y a la que no se puede poner barreras ni aplicar la razón”, es la explicación sociológica a un hecho que perjudica el desarrollo personal y, a nivel práctico, el “autocuidado” a la hora de protegerse de riesgos de embarazos no deseados o Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).

El informe destaca, frente a ello, la necesidad de fomentar las habilidades personales, sociales y de comunicación -de nuevo entra en juego la educación- para luchar contra la vergüenza y la inseguridad frente al sexo. La autoestima es igual de importante para afrontar los cambios corporales y los “ideales de belleza dominantes” como afirman las expertas mencionadas. No cabe duda por tanto de que el “abordaje educativo de estos elementos forma parte de lo que sería una educación sexual integral y completa”. Así, una buena educación sexual está encaminada a que las personas conozcan y dispongan libremente de su sexualidad, concibiendo que “cada persona es diferente, y sobre todo, que se tiene el derecho a serlo”.

Concluye esta guía que la sexología puede contribuir al desarrollo integral de las personas y los colectivos: una educación “basada en la construcción de sexualidades únicas e irrepetibles, satisfactorias y maravillosas” afrontándose siempre “de forma natural, con una actitud de igualdad y respeto”. En el centro de todo, conocer el sexo para evitar los riesgos y conseguir la satisfacción de la persona.