Autor: Fad Juventud
28 noviembre, 2020

  • Más de seis millones de personas se han visto afectadas por los huracanes Eta e Iota en toda Centroamérica y miles han tenido que ser evacuadas a otros países. En Nicaragua hay poblaciones arrasadas
  • Para la responsable de Fad en Nicaragua, Edelys Abreu, “lo más preocupante es que la población nicaragüense ya se encontraba en una situación desfavorecida”
  • La Fad trabaja en Nicaragua desde hace más de dos décadas en proyectos de Cooperación al Desarrollo dirigidos a fomentar Cultura de Paz a través fundamentalmente de la creación de empleo joven, especialmente para mujeres

(Madrid, 28 de noviembre de 2020)-. En menos de tres semanas, Nicaragua ha tenido que hacer frente a los estragos causados por los dos mayores huracanes de 2020 en el Atlántico.

Primero Eta y después Iota han sembrado un panorama devastado donde las pérdidas económicas son enormes -se calcula un valor aproximado de 738.6 millones de dólares que representa un 6,2% del Producto Interior Bruto (PIB) del país- y algunas comunidades -en el caso de la Costa Caribe Norte- han quedado completamente arrasadas.

Aún hoy en día se desconoce el impacto real de la tragedia, pero se considera que en torno a seis millones de personas están directamente afectadas[1] en Centroamérica, y miles de ellas han tenido que ser evacuadas a otros países por haber perdido su hogar a causa de las inundaciones, los deslizamientos de tierra y las fuertes lluvias.

En Nicaragua son miles las personas damnificadas, muchas de ellas sin acceso a agua potable por lo que se han visto obligadas a permanecer en albergues temporales -han llegado a pernoctar en refugios temporales y casas solidarias más de 60.000 personas- o en lo que ha quedado de sus viviendas, sin tener condiciones mínimas de habitabilidad. Muchas de ellas se han autoevacuado.

Además, como señala Edelys Abreu, responsable de la delegación de Fad en Nicaragua: “lo más preocupante es que el impacto de los huracanes recae sobre una población ya en situación desfavorecida. Se suma a esta situación, la contaminación del agua superficial por las inundaciones y los acumulados de agua por las fuertes precipitaciones, lo que conlleva a la proliferación de enfermedades que ponen en riesgo la situación de salud de las personas afectadas, en especial, las más vulnerables”.

Añade además que “la pérdida de sus viviendas, así como de sus cultivos, animales y otros medios de subsistencia, dejan a estas familias en una situación muy preocupante que demanda acciones inmediatas para desarrollar su capacidad de resiliencia y la restitución de sus principales medios de vida”.

Desde la Fad se hace un llamamiento a la comunidad internacional para solidarizarnos con el pueblo nicaragüense y articular una respuesta humanitaria inmediata ante la tragedia que están viviendo miles de personas afectadas por el paso de los huracanes y sus efectos devastadores.

 FAD EN NICARAGUA DESDE 1998

Fad inició su trabajo en Nicaragua, en el año 1998. Hasta la fecha se han desarrollado 13 proyectos/convenios de Cooperación al Desarrollo, dos de los cuales están en fase de ejecución en estos momentos.

Los proyectos que Fad ha impulsado en este país tienen que ver con la promoción de una Cultura de Paz. Concretamente se han desarrollado acciones de reinserción social de adolescentes y jóvenes en situación de riesgo y vulnerabilidad, trabajando especialmente aspectos emocionales y fortalecimiento de autoestima; formación para el empleo y autoempleo; promoción de empleos juveniles; conformación de cooperativas de emprendimientos a partir de materiales reciclados; promoción cooperativas de emprendimientos dirigidas al empoderamiento económico de la mujer; y acciones enfocadas a la sostenibilidad ambiental y gobernabilidad democrática.

[1] Datos de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo – CONGDE