Autor: Fad Juventud
9 marzo, 2017

En este sentido, y con motivo del Día Internacional de las Mujeres, consideramos oportuno analizar lo que nos dicen algunos de los indicadores sobre demografía, educación, empleo, emancipación, vida y TIC que facilita la web del proyecto, haciendo especial hincapié en la variable género. Así, a lo largo de este artículo, se han intentado sistematizar de la manera más rigurosa posible, las cifras disponibles (aún escasas y fragmentadas) con el objetivo de poder incidir y favorecer el debate público sobre una de las cuestiones más urgentes a incluir dentro de la agenda de las políticas públicas: la brecha de género entre los y las jóvenes.

Demografía

En cuestiones demográficas es bien sabido que, a nivel general, nacen menos mujeres que hombres pero que, paulatinamente, el número absoluto de mujeres y de hombres se va equiparando. Debido a ello, el número de mujeres es inferior al de hombres hasta la edad media de la población general. En el caso concreto de España y sobre la población que el ProyectoScopio se encarga de analizar, jóvenes de entre 15 y 29 años, todas las comunidades autónomas cuentan con un menor número de mujeres jóvenes que de hombres (gráfico 1). Cabe señalar que, desde 2005, la población joven en España ha descendido progresivamente y de forma proporcional al peso de cada género; es decir, dado que hay más hombres, la pérdida de hombres jóvenes ha sido mayor que la de mujeres jóvenes. Entre 2005 y 2014 solo aumentó tímidamente la población joven de la Ciudad Autónoma de Ceuta, gracias al crecimiento de la población de mujeres.

Demografía

Como puede consultarse en los datos completos de este indicador, esta reducción de población joven –tanto de chicos como de chicas- no se ha producido de forma exclusiva en España, sino que en gran parte de la Europa mediterránea, central y del este, los países han perdido población joven a lo largo de la última década. Por el contrario, los países del norte de Europa han aumentado su población joven de forma significativa desde el año 2005, de manera proporcional al peso demográfico del género: en estos países ha aumentado en mayor medida el número de hombres jóvenes que de mujeres.

Educación

La dimensión educativa es una de las áreas en las que los datos son, en general, más positivos para las mujeres que para los hombres jóvenes. El gráfico 2, muestra las diferencias entre las tasas de mujeres y hombres jóvenes con nivel educativo universitario alcanzado, un indicador que podría ser representativo de los distintos resultados educativos:

Educación

Los datos reflejan que, en España, en torno al 40% de los y las jóvenes entre 25-29 años había alcanzado el nivel educativo universitario en el curso 2014-2015. Si atendemos a las diferencias de género, la proporción de chicas con titulación universitaria es significativamente superior a la de chicos (+13,50 puntos porcentuales). Esta diferencia, aunque en menor medida, se produce también en la Unión Europea. Observando la evolución temporal entre 2009 y 2014, la tendencia indica un aumento del nivel educativo universitario alcanzado tanto en el caso de los chicos como de las chicas. La brecha, por su parte, ha aumentado en el periodo señalado, especialmente en España, lo que indica que en dichos años la proporción de chicas con educación superior ha crecido con mayor intensidad.

Este mayor nivel formativo entre las chicas es reflejo de unos mejores resultados de las mujeres en otras etapas previas que permite analizar la estadística. Los indicadores del ProyectoScopio constatan que ellas destacan en distintos aspectos: mayor participación educativa en los niveles no obligatorios, mayor continuidad en los estudios y menor abandono, con unas tasas de diferencia con respecto a ellos de aproximadamente +7 puntos porcentuales.

Empleo

Los buenos resultados educativos de las mujeres no se reflejan, sin embargo, en sus niveles de inserción profesional, donde la brecha de género les afecta de forma negativa. En el gráfico 3, puede observarse una tasa global de empleo más amplia entre los chicos que entre las chicas en todos los casos. La diferencia porcentual entre mujeres trabajadoras y hombres trabajadores es menor en España que en el resto de Europa (1,29 y 5,17 puntos en 2014 respectivamente), lo que significa una brecha de género más reducida. En España, asimismo, ha descendido significativamente la diferencia entre 2009 y 2014, lo que podría relacionarse con los efectos de la crisis económica en el mercado laboral, que ha afectado con algo más de intensidad a los hombres jóvenes. No obstante, las tasas de empleo tanto de los chicos como de las chicas descienden en torno a 11 puntos, pasando del 43% al 32% aproximadamente.

Empleo

Tradicionalmente, las condiciones del empleo, que pueden valorarse atendiendo a los indicadores de temporalidad y salarios, muestran una amplia desventaja de las mujeres, especialmente en lo que se refiere a los ingresos laborales, existiendo mayor similitud entre chicos y chicas en la tasa de temporalidad. Otro indicador revelador de las relaciones de género es la tasa de parcialidad, generalmente más amplia entre las mujeres por motivos relacionados con el cuidado familiar; sin embargo, la tasa de parcialidad involuntaria, que se refiere a aquellas personas jóvenes que trabajan a tiempo parcial por no encontrar un empleo a jornada completa, arroja datos que matizan esta tendencia: la tasa total de jóvenes con empleo a tiempo parcial que se encuentra en esta situación en España (67%) casi triplica la media europea (33,8%), dándose en el continente en mayor proporción entre los hombres y en España entre las mujeres. Este indicador sugiere que en España sólo una pequeña parte de la población joven y, en particular de las mujeres, puede trabaja a tiempo parcial por elección propia.

Además, cabe destacarse los datos del indicador referido a la población inactiva que no estudia. La población inactiva incluye principalmente a las personas que no trabajan porque se ocupan del hogar o del cuidado, son estudiantes o perciben alguna pensión. Considerando la edad a la que nos referimos (15-29 años) y excluyendo a los estudiantes, es posible que una parte significativa de esta población inactiva se dedique al hogar y al cuidado y no sea receptora de ningún tipo de pensión; en tal caso, las cifras resultan reveladoras: en España, la proporción de mujeres inactivas que no estudian es del 10,34% frente al 7,93% de hombres jóvenes (casi tres puntos por encima), en la Unión Europea la diferencia es incluso más acentuada, encontrándose en esta situación el 6,94% de los chicos y el 12,28% de las chicas en 2014.

Emancipación

En España, la mayoría de jóvenes entre 15 y 29 años vive en su hogar de origen. Según datos de Eurostat, antes de los 19 años, ni un 4% de los y las jóvenes se encuentra emancipado en España. Es por ello que, el indicador que proponemos en el ProyectoScopio presenta la tasa de emancipación de chicos y chicas entre 20 y 24 años y entre 25 y 29 años. Entre los 20 y los 24 años, la tasa de emancipación de las personas jóvenes en España es muy reducida en comparación con la media europea: en España la proporción es del 9,12%, mientras que la tasa europea (27,6%) triplica a la española. En comparación, resulta evidente que la capacidad de adquisición de independencia entre los y las jóvenes españoles de dicha edad es limitada. El caso de las chicas es significativo, ellas se emancipan en mayor proporción antes que los chicos y en este rango etario en particular: en España, la tasa de emancipación de las chicas es del 11,82% frente al 6,51% de los chicos; en Europa, la tasa de las chicas es del 32,70% y la de los chicos del 22,68%.

La emancipación tardía del caso español se refleja en el gráfico 4, en que se muestra la tasa conjunta de emancipación de chicos y chicas del rango de edad de 25 a 29 años y la diferencia de género, siempre positiva para las mujeres. En esta etapa, en torno al 41,49% de las personas en España está emancipada, tasa que no alcanza ni a la mitad de la población y que continúa siendo mucho menor que la europea (57,05%). En los países escandinavos, casi la totalidad de los y las jóvenes de estas edades (tasas superiores al 90%) están emancipados, mientras que son los países del entorno mediterráneo y Eslovaquia en donde se identifican las tasas más reducidas. La cifra de España se sitúa por encima de las del conjunto mediterráneo y Portugal, por el contrario, queda muy alejada de la de Francia (80,73%) que se acerca a las de los países nórdicos.

Emancipación

En todos los países, por su parte, la emancipación de las chicas es mucho mayor a la de los chicos. La línea de tendencia del gráfico muestra, además, una inversa proporcionalidad entre el aumento de la emancipación y la diferencia de género; es decir, a mayor tasa de jóvenes emancipados, menor diferencia entre la proporción de chicos y chicas que viven de forma independiente, y a menor tasa de emancipación, mayor diferencia de género. Si bien las condiciones socioeconómicas se han evidenciado como determinantes de los distintos niveles de emancipación juvenil, los aspectos culturales representan otro conjunto de razones que afecta indiscutiblemente a las dinámicas emancipadoras. Tradicionalmente, se relacionan las mayores tasas de emancipación entre las mujeres jóvenes con el hecho de que las chicas comienzan a convivir en pareja (modo de convivencia mayoritario entre los y las jóvenes emancipados) desde edades más tempranas que los chicos. En la actualidad, resultaría conveniente profundizar en cómo están interviniendo otras variables, como el nivel de participación de las mujeres en etapas educativas superiores que, en principio, podrían invitar a pensar que las mujeres permanecen más tiempo en el hogar familiar de origen, si bien los datos indican lo contrario.

Vida

Dentro de esta categoría, el ProyectoScopio recoge, entre otros fenómenos sociales, datos sobre las tasas de mortalidad de los y las jóvenes, generalmente muy bajas y estables a lo largo de los años analizados, dadas las características de esta población. En 2013, la tasa de mortalidad juvenil en España era del 0,24‰ y ligeramente superior en Europa (0,39‰). Observando la variable género, las tasas de mortalidad entre los chicos son generalmente superiores a las de las chicas, llegando incluso a duplicarlas: en el caso concreto de España, en el año 2013, la tasa de mortalidad entre los hombres jóvenes era de un 0,32‰, mientras que la de las mujeres era del 0,15‰. Esta tendencia estadística se encuentra presente en todas las comunidades autónomas, a excepción de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, donde las tasas de mortalidad son ligeramente superiores en el caso de las mujeres (+0,26‰ y +0,24‰ respectivamente).

Vida

A nivel europeo (pueden ampliarse aquí los datos) las tasas de mortalidad entre los chicos son igualmente superiores a las de las chicas. Luxemburgo es el país de la Unión Europa en el que se ha encontrado una menor brecha entre ambas tasas (+0,16‰) y Lituania el país con mayor inequidad (+1,19‰). Asimismo, este país es el que presenta las tasas de mortalidad más altas de la Unión Europea, tanto en el caso de las chicas (0,45‰) como en el de los chicos (1,64‰).

En lo referente a las tasas de mortalidad por accidentes de transporte de la población joven (gráfico 6), cabe señalar que España se sitúa por debajo de la media europea, tanto en el caso de los chicos como en el de las chicas y durante los tres años analizados (2005, 2009 y 2013). Focalizando el análisis en el año 2013, se observa que la tasa masculina de mortalidad por accidentes en España (6,37‰) es 5,91 puntos mayor que en Europa. En cuanto a las chicas, en España la tasa también es menor (2,11‰) que la media europea (2,99‰). Debe subrayarse que, en todos los países que conforman la Unión Europea, las tasas de mortalidad por accidentes de transporte son siempre superiores entre los chicos que entre las chicas. Además, las tasas femeninas suelen ser relativamente homogéneas en toda Europa mientras que las de los varones tienden a ser más dispares.

Vida

Dentro del conjunto de indicadores de mortalidad, el ProyectoScopio ofrece datos sobre suicidios entre la población de 15 a 29 años. Las tendencias son equivalentes a las presentadas previamente: menor tasa en España que en el resto de Europa y menor tasa entre las chicas que entre los chicos. En 2013, dentro de España, Ceuta registró las tasas más altas de suicidio masculino (11,13‰) y Asturias de suicidio femenino (5,83‰). Por su parte, Cantabria registró las tasas masculinas más bajas (2,31‰) y la Comunidad de Madrid las femeninas (0,78‰). Lituania, Finlandia y Eslovenia fueron los países que registraron una mayor proporción de suicidios entre esta población; por el contrario, en los países mediterráneos y Luxemburgo acontecieron las tasas más bajas.

TIC

Por último, el proyecto presenta una categoría sobre el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) cuyas estadísticas visibilizan una alta penetración de las TIC entre la población joven. Un indicador muy significativo en esta área es la tasa de jóvenes con un alto nivel de competencias en el uso de ordenadores que informa de las capacidades tecnológicas de esta población. La brecha de género, negativa para las chicas, es amplia en este indicador: en 2014, se identifica que el 52% de los jóvenes europeos tiene un alto conocimiento en el uso de ordenadores, porcentaje que desciende hasta el 38% en el caso de las chicas. Por países, Croacia es el país con una mayor inequidad (61% de los chicos y 30% de las chicas) y Grecia el país más equitativo (49% de los chicos y 50% de las chicas).

En España, el porcentaje de hombres que poseen altos conocimientos alcanza el 56%, mientras que el de las mujeres es el 46%. En el gráfico 7, pueden observarse las diferencias por comunidades autónomas: en la mayoría de las regiones la tasa es mayor entre los chicos, siendo Navarra la comunidad donde se registra la inequidad más aguda (68,09% de los chicos frente al 38,16% de las chicas); no obstante, en el País Vasco, Canarias, Asturias y Aragón se identifica una mayor proporción de chicas que de chicos con altas competencias en el uso de ordenadores.

TIC